«OTRAS NATURALEZAS»
EXPOSICIÓN COLECTIVA

21 de noviembre de 2016 – 15 de enero de 2017

SOBRE LA EXPOSICIÓN

La fenomenología de la materia, los elementos cambiantes nos invitan a entender el mundo, la naturaleza como un ente dinámico, el tiempo se presenta como eje fundamental en este trasegar de los sentidos frente a la materia, el paisaje da cuenta de ello en sus constantes cambios, en la edad del universo fue hace un pestañeo que la tierra era una sola, esa pangea única se muestra hoy dividida, fragmentada, incompleta, nuestra segunda naturaleza la habita hoy desde su disentimiento y se apropia de ella.
Recreamos naturalezas en nuestros entornos, la capturamos y la mantenemos cautiva, pero ella escapa,
huye, la vida se abre paso sin tener en cuenta nuestro pavimento, de las hendijas brotan briznas que nos recuerdan que esta tierra es suya, somos solamente un mal inquilino al que cada tanto hay que asustar con una buena sacudida.

Naturalezas muertas decoran sendos palacios, mientras afuera la vida se regodea entre luz y sombra, de sol a luna, de siglo en siglo ella continua, el río es el mismo arriba que abajo, somos cómo el río y a él volvemos. Colinas redondeadas, arcoíris, bosques sembrados con milimétri ca precisión, animales de todas las especies, ríos que fluyen sin parar, flores y vegetación de exótico colorido, un clima cálido, qué más podemos pedir a nuestra construcción virtual de un “mundo perfecto” aquí y ahora el carbón se torna en diamante.

PARTICIPANTES: Alfredo Gil / Audino Díaz / Bairo Martinez / Carlos Garzón / Carolina Borrero / Caroline Peña Bray / David Guarnizo / Gabriel Silva / Javier Cuellar / John Nomesqui / Joyce Rivas / Juan Sebastian Rojas / Lorenzo Freydell / María Isabel Vargas / Mauricio Salcedo / Natalia Mejía / Oriana Marín / Silvana Fajardo / Teresa Currea / Ricardo Gómez Campuzano.

 

TEXTO CURATORIAL

Adrián Ibáñez, curador, 2016.

Nuestra segunda naturaleza con su potencia creativa y transformadora ha generado conexiones pero también rupturas con nuestro entorno, piezas del mismo rompecabezas que no sabemos cómo armar de nuevo,  o si alguna vez dicho rompecabezas tuvo sus partes completas.
Huella, memoria, cartografía, nos definimos en un contexto y somos parte del mismo, establecemos diálogo o monólogo con nuestro entorno, somos engranajes de un mismo mecanismo, extensión de nuestro interior, el lugar que habitamos cumple función de espejo que nos enfrenta a nuestra propia utopía. Abocados al cambio vivimos atados a la permanencia, nuestro constructo cultural así lo evidencia, nuestra obsesión por la huella, por el monumento, por el pasado. Nuestro entorno nos confunde, nos elude, se escapa a nuestros sentidos, vivimos una realidad aparente, una virtualización de nuestros deseos, pero nuestra realidad es borrosa “como una ventana enjabonada” no sabemos bien si tras la ventana se encuentra nuestro futuro distópico.

Nuestro territorio, nuestro paisaje lo define nuestra mirada, lo que abarca nuestra mirada es virtualmente nuestra frontera, nuestro punto límite, pero es claro que esta línea invisible la dibujamos nosotros y somos nosotros quienes podemos quebrarla, anularla, hacerla flexible o eliminarla.
Queremos conquistar nuestro territorio por minúsculo que sea, fundar planetas y galaxias nos convierte en dueños de nuestra vida, de nuestro entorno. Tierras fantásticas, geografías imposibles, mundos que solo en nuestras mentes atrevidas podrían funcionar nos rodean en nuestros sueños, o bien no solo en lo onírico se fundan utopías.

La fenomenología de la materia, los elementos cambiantes nos invitan a entender el mundo, la naturaleza como un ente dinámico, el tiempo se presenta como eje fundamental en este trasegar de los sentidos frente a la materia, el paisaje da cuenta de ello en sus constantes cambios, en la edad del universo  fue hace un pestañeo que la tierra era una sola, esa pangea única se muestra hoy dividida, fragmentada, incompleta, nuestra segunda naturaleza la habita hoy desde su disentimiento y se apropia de ella.
Recreamos naturalezas en nuestros entornos, la capturamos y la mantenemos cautiva, pero ella escapa, huye, la vida se abre paso sin tener en cuenta nuestro pavimento, de las hendijas brotan briznas que nos recuerdan que esta tierra es suya, somos solamente un mal inquilino al que cada tanto hay que asustar con una buena sacudida.

Naturalezas muertas decoran sendos palacios, mientras afuera la vida se regodea entre luz y sombra, de sol a luna, de siglo en siglo ella continua, el río es el mismo arriba que abajo, somos cómo el río y a él volvemos. Colinas redondeadas, arcoíris, bosques sembrados con milimétrica precisión, animales de todas las especies, ríos que fluyen sin parar, flores y vegetación de exótico colorido, un clima cálido, qué más podemos pedir a nuestra construcción virtual de un “mundo perfecto” aquí y ahora el carbón se torna en diamante.

Los astros nos deparan soluciones perfectas para vidas imperfectas, precisas respuestas a preguntas irresolutas, “cómo es arriba es abajo, cómo es abajo es arriba”.
El cielo y el agua se presumen espejos pues miramos a ellos con mirada profunda, buscando, sin atravesar nos quedamos de este lado, buscando objetos en el cielo, adivinando las formas de nuestros sueños, atrapados por la falsedad de los reflejos, construimos complacientes ficciones que nos aplacan los sentidos, rápido, camina rápido, mirada al frente, no importa si las flores son de plastico aun así son bellas.

Otras naturalezas es un grito, una bofetada, pero también un espejo, ante él podemos reflexionar, o tan solo admirarnos, somos un reflejo de un reflejo, construimos laberintos que devora la maleza…

 

INAUGURACIÓN

 Los astros nos deparan soluciones perfectas para vidas imperfectas, precisas respuestas a preguntas irresolutas, “cómo es arriba es abajo, cómo es abajo es arriba”.
El cielo y el agua se presumen espejos pues miramos a ellos con mirada profunda, buscando, sin atravesar nos quedamos de este lado, buscando objetos en el cielo, adivinando las formas de nuestros sueños, atrapados por la falsedad de los reflejos, construimos complacientes ficciones que nos aplacan los sentidos, rápido, camina rápido, mirada al fren te, no importa si las flores son de plastico aun así son bellas. Otras naturalezas es un grito, una bofetada, pero también un espejo, ante él podemos reflexionar, o tan solo admirarnos, somos un reflejo de un reflejo, construimos laberintos que devora la maleza…